domingo, 13 de julio de 2014

Extraños para dormir

Ayer salí por la noche como cualquier tipo "normal".

Amigo A me llamó un poco molesto después de que su novio lo ignorara de nuevo:
Vamos a salir con Amigo B, así que dejas tu drama y vístete dijo sin esperar respuesta.

Como zombie me paré de mi cama, me bañé y me vestí, pero el drama no la pude dejar, el drama me acompaña hasta cuando tarareo canciones en la universidad mirando al horizonte como un personaje de película independiente. 

Amigo B nos buscó para ir a un bar de hipsters muy peculiar: música ochentera, cuadros pintados de gatos, artefactos vintage y gente random puberta: nerds y geeks. También hacen karaoke los días entre semana que con seguridad asistiré pronto para cantar alguna canción de Camilo Sesto.

El lugar resultó no ser muy agradable para Amigo B, yo pedí una cerveza y Amigo A una gran mentira (Cuba libre) y bien representada ademas, venia en un vaso plástico desechable blanco y pequeño, como de fiesta de niños nos sentamos sin problemas en una mesa para tres, como si esperara por nosotros, como si tuviéramos meses yendo a ese lugar en un ritual de despecho colectivo, casi asociados con el dueño.

Luego de unos minutos insufribles Amigo B dijo:
—¿Por qué no vamos a "Disco P"? . 
Hmm yo creo que sí, los tragos están caros y yo no bebo cerveza dijo Amigo A, que ni siquiera podía hacer ruido al poner el vaso de plástico en la mesa, ni hacer el ritual de "beber y frotar para después follar" que consiste en tomar con la mano izquierda de la bebida y luego frotar el fondo del vaso con la mesa; ritual que profesaba una amiga que tenía una vida sexual muy activa, quizás por eso Amigo A se pajea casi tanto como yo.

Los dos me miraron esperando una respuesta, no había hablado mucho durante esa noche, por lo que más tarde me gané un regaño acompañado de una amenaza perversa de ser toqueteado por Amigo A cuando íbamos camino a "Disco P".

Me asustaba la idea de ir a Disco P, la única vez que fui estaba con Persona B, y la verdad nunca me sentí identificado con esos lugares, con la bandera multicolor, los carnavales de promiscuidad con los que exigen derechos civiles, ni nada que tuviese que ver con la palabra gay. 

Llegamos al lugar, y en la entrada nos recibió un tipo muy dulce:
¿Por qué esa cara triste? me preguntó con una cara risueña, yo me encogí de hombros y sonreí. 

Entramos al lugar y estaba repleto, habían chicos por doquier, no muy atractivos a mis ojos la verdad, y había un señor con una camiseta de fútbol color verde chillón, ajustada y con hombrerasno sé porqué, y un pantalón blanco a la rodilla, ajustado también. Me causó risa, esa risa picara infantil quizás. Fuimos a pedir los tragos y cerca de nosotros había un.. señor (?) que asustó al Amigo A, por el gran parecido que tenia con una de sus tías, entonces aquello se convirtió en una película amateur de Indiana Jones en la que nos adentrábamos en una selva de tías y tipos que lucían camisetas con hombreras.

Al poco tiempo Amigo A dijo que saliéramos para fumarse un cigarrillo, y pensé: "¡¿Amigo A fuma?!". Tengo más de 4 años que lo conozco y no lo sabia. Salimos del sitio cerrado, y mientras Amigo A fumaba, yo tenía mi cara modo drama, recordando aquella noche con Persona B en ese lugar; la cara de Amigo A me recordaba a la expresión de la rubia del vídeo "Perdóname" de Camilo Sesto a los 55 segundos, pero imaginarme a Amigo A con peluca dorada me asustaba un poco. Luego vi que una chica muy guapa me miró y le dijo algo a un chico que tenia de frente, el chico volteó, me miró, y luego leí de sus labios que le decía a la chica: "es lindo". La chica me miro con una risa apenada al ver que me di cuenta. El apenado era yo más bien.

No se porqué me hizo sentir un poco mejor que un extraño dijera que era lindo y que el tipo de la entrada quisiera subirme el animo, y lo hizo de hecho. No se porque son extraños los que me hacían olvidarme de todo, a los que les tengo miedo, de los que luego me enamoro y terminan siendo Personas B's...

Al terminar el cigarrillo Amigo A dijo: 
Hagamos una apuesta, el que ligue con algún tipo esta noche, gana.
Y...¿Qué se gana?pregunté.
Nada. respondió Amigo A.
Aceptodijo Amigo B encogiéndose de hombros y con una sonrisa picara.

Nos adentramos en la selva de nuevo. Al rato vi a un chico de saco, a uno de barba y otro con una camisa blanca; los 3 eran candidatos para ganar la apuesta sin premio y sin causa, pero entre trago y trago se me olvidó que debía ganar, solo recuerdo que daba brincos en vez de bailar y que Amigo A y Amigo B reían; luego sentí ganas de orinar pero me atacaba el fantasma de Persona B de nuevo, que, en la ocasión anterior, me cuidó celosamente para que los demás chicos no me miraran el "asunto" deseosamente... 

Al rato los brincos solo hacían que mi vejiga no soportara más y Amigo A me acompañó al baño.

Regresamos adentro y Amigo A pareció conquistar a un chico que me recordó a Crash Bandicoot, el juego de PS que jugaba de niño, pero no dije nada, en cambio, Amigo B en un intento por salir del anonimato dijo:
—Parece un moco derretido. 
—Yo no me fijo en la cara sino en lo cachetón —refiriéndose a las nalgas del amigo—, además, yo soy el que va ganando, ustedes están quedados. 

Amigo B se encogió de hombros y se rió, ya estábamos algo ebrios y creo que mis saltos de puberto-virgen-borracho; alejaron los candidatos de Amigo B y los míos (?) Amigo A ya estaba regalado con el "chico-crash" (manos iban y venian), y yo estaba pasándola bien pero Amigo B es como una señora conservadora que, no soporta todo lo que sus bajos deseos carnales le invitan a satisfacer, y evade de ellos, arrastrándonos con él.

Y vi por ultima vez al señor de camiseta verde, y recordé que me había reído de él pero el estaba feliz, y estaba solo, y era yo quien estaba triste con un fantasma o recuerdo amargo, lo admiré por vestirse así a pesar de que las personas como yo se rieran de él, y pensé que quizás los que le juzgaban seguramente solo reflejaban vacíos internos.

Camino a casa, el viaje estuvo lleno de chistes sobre mi "asunto", sobre la tia de Amigo A, y el tipo Crash con el que hacia bromas Amigo B, mi llanto descontrolado y el olor de vodka en nuestras ropas.

Al llegar a casa lloré aun más, y le envié uno, o cientos de sms a la hermana de Persona B y le dije lo mucho que la extrañaba a ella y a su familia, y luego recordé al señor de la camiseta verde, a la chica que me miró, a los labios de su amigo que decían: "es lindo", al señor de la entrada y al extraño pervert del baño y me sentí algo aliviado, y pude dormir esa noche.



2 comentarios:

  1. Es mi preferida! Espero leer más publicaciones así.
    Es momento de crear nuevos recuerdos, en viejos lugares...

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    1. Ou.. gracias Teresa! Es importante para mí recibir comentarios, allí es que viene lo romántico (?) en toda esta desfachatez

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